Apoyar a alguien en crisis es una tarea delicada que requiere información, empatía y límites claros. Esta guía, evidence-informed, ofrece pasos prácticos, ejercicios breves y recomendaciones para actuar con seguridad y eficacia.
Por qué importa reconocer la crisis
Una crisis de salud mental puede manifestarse como una intensificación de síntomas (ansiedad, depresión, psicosis), comportamientos de riesgo o una pérdida significativa del funcionamiento. Conocer las señales y estrategias ayuda a identificar cuándo intervenir y cómo hacerlo con apoyo basado en la evidencia.
Antes de intervenir: prepara tu enfoque
- Infórmate: entiende síntomas comunes y qué esperar. Esto reduce reacciones impulsivas y estigmas.
- Evalúa tu seguridad: si hay riesgo de violencia o daño inmediato, prioriza la seguridad y llama a servicios de emergencia.
- Define límites: decidir qué puedes ofrecer (acompañamiento, llamadas, ayuda práctica) y qué no (terapia profesional, alojamiento a largo plazo).
- Activa red de apoyo: coordina con familia o amigos de confianza si la persona lo permite.
Cómo hablar en una crisis: pasos claros
Cuando te acerques a un ser querido en crisis, usa un enfoque estructurado. Aquí tienes un guion paso a paso que puedes seguir:
- Acércate con calma: busca un lugar tranquilo y dedica tiempo. Evita interrupciones.
- Abre con una observación: por ejemplo: «He notado que últimamente estás muy apagado y me preocupa».
- Escucha activamente: haz preguntas abiertas y permite silencios. Usa frases como «Cuéntame más» o «¿Cómo lo estás viviendo?».
- Valida sentimientos: no minimices. Di: «Debe ser muy duro» o «Tiene sentido que te sientas así».
- Pregunta por riesgo: de forma directa y sin juicios: «¿Has pensado en hacerte daño?». Si la respuesta es afirmativa, toma medidas inmediatas.
- Ofrece opciones concretas: en lugar de «¿En qué puedo ayudar?» propone acciones: «¿Quieres que te acompañe al centro de salud mañana?».
- Acuerden un plan a corto plazo: pasos inmediatos que ambos puedan seguir (contactar a profesional, acudir a urgencias, hablar con otro familiar).
Qué decir y qué evitar
- Decir: «Te creo», «No estás solo/a», «Vamos a buscar ayuda juntos».
- Evitar: frases como «anímate» o «no es para tanto» que invalidan emociones o minimizan la experiencia.
- No prometer confidencialidad si hay riesgo de daño serio; explica que la seguridad es prioritaria y que podrías necesitar buscar ayuda.
Evaluación de riesgo y pasos urgentes
Si percibes riesgo de autolesión o suicidio:
- Preguntar directamente sobre pensamientos, planes, medios y tiempo.
- Retirar medios disponibles (medicamentos, objetos peligrosos) si es seguro hacerlo.
- No dejar a la persona sola si el riesgo es inminente; busca apoyo profesional o servicios de emergencia.
- Contactar a servicios de crisis o a su profesional de salud mental. Cuando no haya acceso inmediato, acudir a urgencias es una opción.
Cuando buscar ayuda profesional y cómo acompañar ese proceso
El acompañamiento hacia la atención profesional es una de las acciones más efectivas. Consulta una guía de psicoterapia para entender tipos de tratamientos, qué esperar y cómo elegir un profesional.
- Ofrece apoyo práctico: buscar opciones, concertar citas, acompañar al primer encuentro si la persona lo acepta.
- Fomenta la continuidad: la adherencia a tratamiento mejora resultados; pregunta cómo puedes facilitar asistencia regular.
- Sé paciente: los tratamientos requieren tiempo y ajustes; evita expectativas de solución rápida.
Ejercicios breves y realizables para acompañar a corto plazo
Estos ejercicios están pensados para uso inmediato y no sustituyen tratamiento. Son prácticos, fáciles de explicar y ejecutar.
Ejercicio 1: Técnica 5-4-3-2-1 (grounding) — 3 minutos
- Pide a la persona que mire a su alrededor y nombre 5 cosas que ve.
- Luego, 4 cosas que puede tocar (o tocar con suavidad)
- Después, 3 sonidos que escucha.
- Identifica 2 olores que percibe o que puede imaginar.
- Y por último, 1 sensación corporal (por ejemplo: respiración, pies en el suelo).
Indicaciones: hazlo despacio y con voz calmada. Sirve para reducir arousal y re-anchorar la atención en el presente.
Ejercicio 2: Respiración 4-4-4 — 2 minutos
- Inhala por la nariz contando hasta 4.
- Mantén 4.
- Exhala por la boca contando hasta 4.
Repetir 6 veces. Útil para bajar la activación fisiológica asociada a la ansiedad.
Ejercicio 3: Plan de seguridad en 6 pasos — 10 minutos
- Identifica señales tempranas de crisis.
- Lista estrategias personales que ayudan (llamar a un amigo, música, caminar).
- Contactos de apoyo: nombres y teléfonos.
- Entorno seguro: lugares y objetos que reducen el riesgo.
- Profesionales y servicios a contactar en emergencia.
- Acuerdos sobre qué harás tú para acompañar y hasta cuándo.
Indicaciones: escribe el plan y guarda una copia donde ambos puedan accederlo.
Apoyar a largo plazo: resiliencia y hábitos
El apoyo sostenido potencia la recuperación. Fomenta rutinas saludables y hábitos que favorecen la estabilidad anímica. Para ideas de actividades y rutinas diarias útiles, consulta ejercicios estructurados para el bienestar mental como apoyo psicológico y prácticas que fortalecen la resiliencia.
- Rutina regular: horarios de sueño y comidas estables.
- Actividad física: caminar 20–30 minutos al día puede mejorar el estado de ánimo.
- Conexión social: mantener contacto con amigos y familia de forma regular.
- Monitorización: llevar un registro breve de estado de ánimo para detectar patrones.
Cuidarte a ti también: límites, supervisión y apoyo
Ayudar a otro puede ser emocionalmente exigente. Para sostenerte:
- Establece límites claros sobre lo que puedes ofrecer.
- Busca supervisión o apoyo de otros cuidadores.
- Accede a apoyo profesional si la carga emocional te supera.
- Programa descansos y actividades que recarguen tu energía.
Señales de que la situación requiere intervención urgente
- Ideación suicida con plan y medios.
- Aumento de consumo de sustancias que desinhiben conductas de riesgo.
- Pérdida súbita de contacto con la realidad (p. ej. delirios, alucinaciones intensas).
- Agitación psicomotriz que impide calmarse.
Ante cualquiera de estas señales, no dudes en contactar a emergencias o a servicios de crisis locales.
Cómo usar esta guía
- Usa los scripts y ejercicios en conversaciones reales; practica las preguntas y las técnicas de grounding.
- Integra el plan de seguridad en un documento accesible para ambos.
- Apoya la derivación a profesionales consultando una guía de psicoterapia si necesitan orientación sobre tratamientos y profesionales.
Conclusión
Apoyar a un ser querido en crisis de salud mental implica combinar escucha activa, valoración de riesgo, acciones concretas y acompañamiento a la atención profesional. Los ejercicios breves y los acuerdos por escrito facilitan la gestión en momentos críticos. Recuerda que tu rol es acompañar, no reemplazar a profesionales, y que cuidar de ti mismo/a es esencial para sostener la ayuda.
Si sientes que la situación excede tus capacidades, busca ayuda profesional cuanto antes. Actuar a tiempo salva vidas.